Soul Kitchen

Sentarse frente a la hoja en blanco de blogger siempre es un reto. Hoy lo tomaré porque 1) tiene ya bastante que no escribo y ese no era mi propósito y 2) no tengo mucho más que hacer. 


Hoy fué un dia fuera de lo común. Fuí instrumentista de una cesárea, fuí al Bosque de la Ciudad, sólo por el placer de ver animalitos y de caminar como me gusta, ( y porque ya teniamos aplanzándolo mucho mucho tiempo) y estuve a punto de ir al boliche, lo que hubiera concluido con broche de oro el día lleno de endorfinas. 


Sangre aaaaaaah. Cuando a uno le gustan las cirugías no hay forma de no querer estar ahi. [[ si hay sus excepciones pero en este momento no las contaré]] ... Debe ser divertidisimo hacer una. Aunque no creo tener la capacidad para concentrarme a tal forma. Siempre he sentido que soy buena instrumentista, porque ellos deben estar en todas partes: viendo la cirugia, pasando cosas, al pendiente de la cuenta de gasas, acomodando lo que se va a ocupar, y eso es perfecto para una mente dispersa como yo. Sight. Estúpidas córneas.


Y la conclusión del día es que soy la eterna optimista. Mis lentes color de rosa no se quieren caer. La caída va a ser dolorosa otra vez, pero no sé vivir de otra forma. Y porqué debería? Placeres sencillos. Eso es lo único que pido de la vida.


Pero bueno, basta. Acabo de tener la epifanía de que solo veré That 70s Show hasta que me dé sueño. 


Jackie, oh my.

The Doors, 1971